En los cinco continentes los avances tecnológicos en materia de
telecomunicaciones y Televisión (TV), y más concretamente sobre televisión digital terrestre (en lo adelante: TDT), no se han hecho pasar inadvertidos, tales son los casos del estándar japonés/brasileño que viene ganando terreno, así como las tecnologías asiáticas: chinas y japonesas, y de una manera más silente, la norteamericana y la brasilera.
Es así como desde la llegada del color, la misma televisión de señal abierta había experimentado un refrescamiento tan profundo como cautivador en sus modalidades UHF y VHF; y en la última década con mayor desarrollo tecnológico y mayor captación de espectadores, usuarios y anunciantes, la modalidad satelital.
Luxemburgo fue el primer país del mundo en realizar la transición completa hacia la televisión digital terrestre en septiembre de 2006, seguido por Holanda convirtiéndose ellas en las pioneras en ejecutar los que se conocía como el “apagón analógico” con su transición “análoga” de los canales convencionales hacia la programación totalmente digital, y para ello, comenzaron por la preparación y actualización de su talento humano directivo y operador (habilidades), creando nuevas necesidades en cuanto a procesos, procedimientos y calidad en menor tiempo para la ampliación de canales según cada aparato receptor con 13 o 36 canales, según marca y modelo.
Ante los constantes aumentos para la transmisión televisiva vía satelital o fibra óptica, la TDT ofrece con bajo perfil la posibilidad de aumentar la posibilidad en la recepción de señal abierta de más cantidad de canales mejorando la calidad de producción, -en especial para lo que se denominará en un futuro “producción glocalizada con opción a la globalización sin necesidad de que los usuarios tengan que cambiar sus tradicionales o viejos televisores adaptándoles necesarios codificadores”.
Hoy hablaré del ya avanzado en su desarrollo sistema europeo llamado DVB-T (Digital Video Brodcasting Terrestre), a ser video –entendemos es televisión y sirve para toda la Unión Europea (U.E.) y algunas pequeñas economías en desarrollo en el viejo continente, en Sudáfrica y en Latinoamérica, Panamá y Colombia, pese a las economías locales. Brasil intenta desarrollar su propia modalidad mientras Argentina y Venezuela por asuntos ideológicos no han profundizado en los avances. Brasil intenta masificar su propia tecnología mientras Chile está abierto a todas las posibilidades razonables mientras se respete su seguridad nacional.
En la variedad tecnológica (I+D+i) con la Investigación más Desarrollo, mas innovación, poco a poco, y según posibles variables económicas, el estándar japonés conocido como Integrated Service Digital Broadcasting Terrestrial (ISDB-T) ha venido ganando simpatías en la economía norteamericana y canadiense, por lo cual, puede hacerse mas popular incluso en Brasil y Venezuela, ya que no hay que cambiar receptores domésticos por ser perfectamente hibrido por tecnología desarrollada en Brasil, que con apoyo de USA, podría acaparar mercado próximamente después de esta crisis pospandémica.
Así, países como Argentina, Ecuador, Bolivia, Perú, Nicaragua, Costa Rica, y Venezuela entre otros, tomarían decisiones a sus criterios según un estudio de la Universidad Latinoamericana y del Caribe y la empresa Eseca, para implementar cambios híbridos y brindar a sus ciudadanos no solo la posibilidad de ver una mejor televisión con mejor definición, sino con una producción más proxemica, resaltando mas valores y sinergia.